dimecres, 29 de febrer del 2012

Ponga un aeropuerto en su vida

Fuente: capital.es
El caso valenciano es sorprendente y a la vez preocupante: la corrupción no ha pasado factura a los políticos imputados por la Justicia. El PP valenciano se ha rodeado los últimos años de grandes eventos para “situar a Valencia en el mapa”. En unos momentos en los que falta dinero para cubrir las necesidades básicas de los centros educativos, parece que muchos empiezan a reaccionar frente al despilfarro económico que se ha venido produciendo en los últimos años. 
Cuando hablamos de una crisis económica, surge aquello de racionalizar los recursos. ¿Era necesario construir un nuevo aeropuerto en Castellón? ¿A eso le llaman racionalizar recursos? Se ha construido bajo el aura de la iniciativa privada y se han invertido unos 151 millones de euros. ¿Qué consigue la iniciativa privada? Las empresas constructoras reciben créditos de Cajas de Ahorro con el aval de la Comunidad Autónoma y firman con ellas un contrato por el cual si no llega al número de usuarios establecidos, la CC.AA. deberá pagar a las empresas la diferencia entre lo estipulado y lo real.
Este aeropuerto inaugurado el 25 de marzo de 2011, sigue sin estar operativo y seguirá sin estarlo al no tener licencia para operar. Además, ninguna compañía aérea se ha interesado en operar en él. A pesar de esto, sigue costando dinero a las arcas públicas. La falta de alicientes turísticos en la zona y la cercanía de los aeropuertos de Reus y Valencia-Manises, complican más su rentabilidad. Sin embargo, hay algo más surrealista: hay que rehacer la pista de aterrizaje porque un error en su construcción hace imposible la maniobra de los aviones.
Este es un ejemplo, entre otros, de la construcción de infraestructuras innecesarias y/o poco rentables, con dinero público, independientemente del partido político que gobierne.
En total, nuestro país tiene un total de 42 aeropuertos (más 10 militares),  frente al caso alemán. Un país con 82 millones de habitantes, con un PIB que es el triple que el de España y que sólo se permite el tener 38 aeropuertos.
Conclusión: cada capital de provincia no puede tener un aeropuerto. No es rentable ni sostenible. El dinero del contribuyente no se debe utilizar con fines políticos, sino para aumentar nuestro nivel de bienestar.

Paula Cabedo

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